El primer gran amor de la Duquesa de Alba fue un torero. Se enamoró sin reparos cuando vio a Pepe Luis Vázquez torear en la Maestranza de Sevilla. Tenía 15 años y era la primera vez que asistía a una corrida. Quedó embelesada por la fiesta de los toros. “Pensé que nunca volvería a estar así de enamorada”, le contó la aristócrata a su biógrafo Ismael Fuentes, en el libro La Duquesa, mito y realidad, que se publicó en 1990.

En ese cruce inicial de miradas en la plaza, el torero le brindó un toro y la aristócrata su amor. El flechazo llegó pocos días antes de cumplir los 17 años. La joven Duquesa de Montoro y Marquesa de San Vicente del Barco, sus títulos para ese entonces, conoció en persona a Pepe Luis el 27 de abril de 1943 en el Palacio de las Dueñas en Sevilla.

Fue un evento apoteósico con más de 2000 invitados. Era la España de la posguerra. El Duque de Alba y padre de Cayetana de Alba, Jacobo Fitz-James Stuart, se percató de que su hija no le quitaba los ojos de encima al torero en la fiesta, quien había asistido con Manuel Falcó, el Duque de Montellano y padre del Marqués de Griñón, Carlos Falcó.

Su padre vio en aquellas miradas algo que no le sería fácil detener, pues la atracción que había entre ellos era explosiva y no podía permitir que un hijo de un trabajador del matadero desposara a su hija. Por eso decidió enviarla a Londres y ahorrarse la penosa tarea de encarcelar un amor.

Al padre de Cayetana de Alba no le escandalizó el traje de torero ni aquellos movimientos en una corrida. La partida de la Duquesa fue el presagio de un amor imposible para el diestro, que gozaba de fama. Allí entendió que no sería posible explorar en la mirada del otro si no un adiós. Él se casó con Mercedes Silva, hija de un empresario.

La amistad

Sin embargo, el tiempo los volvió a reunir. La Duquesa y el torero sembraron un fuerte lazo de amistad y la hija de ella con la esposa de Pepe Luis. Ambos entendieron que había sido un amor de la juventud. Cuando falleció Pepe Luis Vázquez a la edad de 91 años, la mayoría de las coronas eran de los Duquesa de Alba. Ella no pudo despedirse.

El verdadero nombre

El nombre secular de la Duquesa de Alba era María del Rosario Cayetana Paloma Alfonsa Victoria Eugenia Fernanda Teresa Francisca de Paula Lourdes Antonia Josefa Fausta Rita Castor Dorotea Santa Esperanza Fitz-James Stuart y Silva Falcó y Gurtubay.