Tamara Falcó e Íñigo Onieva
Tamara Falcó e Íñigo Onieva vivieron una noche romántica sin límites de presupuesto
Una vida de película.
La buena vida que llevan Tamara Falcó e Íñigo Onieva sigue sorprendiendo a los seguidores de la flamante pareja, que no ha cesado de viajar por el mundo desde que dieron el “sí”, en Madrid. Primero, fue la excusa de la luna de miel y luego le siguieron las escapadas a lugares soñados, como ocurrió este pasado fin de semana, cuando visitaron Altea, en Alicante.
En el pasado mediato quedaron Sudáfrica, la Polinesia francesa, Roma, París, Ibiza, Cádiz, la Costa Amalfitana y vaya uno a saber cuántos escenarios más que no llegaron a difundir desde sus cuentas en redes sociales, aunque a decir verdad, es por medio de Instagram que nos desayunamos con sus vidas de puros socialités.
La última escapada romántica tuvo como motivo una boda, a la que la Marquesa de Griñón y su marido asistieron en tierras alicantinas, en donde no se han privado de nada, haciendo gala de sus contactos, buen gusto y una abultada suma de dinero con la que afrontar una costosa cena, en uno de los lugares más exclusivos de la zona.
Tamara Falcó e Íñigo Onieva, en una velada sin límites de presupuesto
Todos sabemos que a Tamara Falcó y a Íñigo Onieva los seduce el arte del buen vivir y, por eso, hace tiempo que los vemos disfrutando de los platillos más deliciosos de cada uno de los lugares que visitan. Como se dice vulgarmente, “no se privan de nada”.
La hija de Isabel Presyler y el empresario han aprovechado la escapada para acudir al prestigioso restaurante del chef Quique Dacosta, en la bella localidad de Dénia, en donde hicieron un recorrido de 10 platos por el menú de degustación.
Fue así como desfilaron por su mesa buñuelos de calabaza y consomé, corales de alga nori y kombucha de atún rojo, fideuá azafranada, gambas de Dénia, hígado de pato asado, turrón helado de almendras y trufa, polvorón de almendras y hueso santo, y unos cuantos más.
El encargado de darle difusión al banquete fue Íñigo Onieva, desde su cuenta de Instagram, en donde hasta escribió: “El jefe. Bravo y gracias”, en referencias al chef, que no perdió la ocasión de tomarse una fotografía con la pareja.
Está claro que para transitar por esa experiencia es necesario tener una buena cantidad de pasta en el bolsillo, ya que el menú de degustación cuesta nada menos que 543 euros por persona. Bautizado con el nombre de “Por amor al arte”, esta propuesta gastronómica puede ser acompañada por una selección de vinos Premium, para llevar el presupuesto, por cabeza, a unos 1.086 euros.
