Pese a que se había anunciado con bombos y platillos que, cuando Irene Urdangarin alcanzara la mayoría de edad, sus padres, la Infanta Cristina e Iñaki Urdangarin, pondrían fin a su matrimonio; nada de eso ha sucedido. Al parecer, para la hermana del Rey Felipe lo primero es la familia y esa sería la principal razón por la que decidió pasar unos días de vacaciones en las playas de Bidart nada menos que con su suegra, Claire Liebaert. 

Aunque suene un poco extraño, todo resulta natural entre la Infanta Cristina y la madre de Iñaki Urdangarin, con la que siempre ha mantenido una relación muy cercana, pese a que el matrimonio, desde hace unos años, es una etapa terminada para los dos.

Pero el tan esperado acuerdo de divorcio todavía no llega y no son pocos los que sospechan que podría dilatarse aún más, hasta entrar en una nebulosa en la que la inacción los lleve a dejarlo en el olvido. 

La Infanta Cristina disfrutó de Bidart junto a sus hijos y su suegra ¿Se vieron con Iñaki Urdangarin?

Desde las páginas de la revista "Hola!" revelaron que la hija del Rey Juan Carlos estuvo aprovechando de las bondades de uno de sus sitios favoritos, en donde supo ser muy feliz junto a sus cuatro hijos y a su todavía esposo, Iñaki Urdangarin. Un lugar con tan buenos recuerdos al que le gusta regresar cada vez que puede y en el que se siente como en casa.

En esta oportunidad, debido a sus compromisos laborales, Juan Urdangarin y Pablo Urdangarin estuvieron ausentes del encuentro familiar, que además de la Infanta Cristina, Claire Liebaert, Miguel Urdangarin e Irene Urdangarin, contó con una de las hermanas de Iñaki Urdangarin y sus hijos.

Sobre el exjugador de balonmano se dijo que había estado también en la costa de Bidart y, se especula que, pese a que no quedaron registros de imágenes, también habría aprovechado la ocasión para pasar tiempo junto a sus dos hijos más pequeños.

Ocurre que, aunque para el resto de los mortales sea complejo de entender, entre la Infanta Cristina e Iñaki Urdangarin hay desde hace tiempo bandera blanca. Claro, en una relación que tuvo sus bemoles, algunos que podrían llegar a ser considerados inaceptables por cualquiera, salvo por la ex duquesa de Palma, que como el Quijote sigue luchando contra el molino de vientos en el que se han convertido todas las humillaciones a las que la ha sometido Iñaki Urdangarin.