María Teresa Campos: la sentida carta de Alejandra Rubio para despedirse de su abuela

María Teresa Campos se despidió de este mundo el 5 de septiembre, dejando una estela de angustia, vacío y dolor, no solo en los televidentes que pasaron gran parte de su vida escuchando su voz en la televisión, sino también en una familia que la acompañó con gran amor hasta el final. De este gran linaje "Campos", su nieta, Alejandra Rubio, enseñó su pena con una sentida carta.

En medio de tanta tristeza, la joven de 23 años trajo algo de nostalgia para aliviar su tormenta interna a través de una carta publicada en su columna en el medio "ABC", en la que recordaba y expresaba su agradecimiento a su abuela en todo momento.

Alejandra Rubio se recordó de pequeña, cuando María Teresa Campos jugaba a las muñecas con ella, y luego de grande, cuando su abuela expresaba su desaprobación por sus "looks modernos con botas llenas de calaveras".

Además, expresó su profundo sufrimiento diciendo: "Gracias por enseñarme a luchar para conseguir mis sueños, por animarme a estudiar lo que verdaderamente me gusta, aunque no sea lo establecido, pero entre tú y yo sabemos que es algo que te hubiera encantado ejercer aunque finalmente elegiste otro camino". También le dio las gracias a María Teresa Campos por despertarle su amor por la lectura y admitió haberle robado libros de su amplia biblioteca en cada visita.

La orgullosa nieta también se mostró sumamente feliz de haber tenido una abuela muy poco convencional: "moderna, luchadora y adelantada a sus tiempos en todos los sentidos".

Nuevamente, la colaboradora de "Así es la vida" agradeció su educación y todos los valores que María Teresa le supo dar: "Gracias por enseñarme a luchar para conseguir mis sueños, por animarme a estudiar lo que verdaderamente me gusta, aunque no sea lo establecido".

Rubio valora todos los consejos que recibió de la presentadora al entrar al terreno de la televisión, uno sumamente trabajado por Campos: "Sé que no era lo que más ilusión te hacía, pero me veías y me regañabas si decía coletillas o me tocaba una oreja, el pelo o cualquier tic que tuviera". Por último, manifestó: "Gracias a la vida por darme la mejor abuela que podría tener".